ACTIVIDADES PREVENTIVAS EN NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN
Las
personas con Síndrome
de Down requieren
de los cuidados y de las
actividades preventivas destinadas a la población general, y además de una
serie de actuaciones específicas ya que en ellos existe un mayor riesgo para
determinados problemas de salud. Se trata de favorecer al máximo el desarrollo
de las capacidades de cada niño con
Síndrome de Down; y se ha podido comprobar que la aplicación de estas
recomendaciones ha mejorado notablemente
la calidad y la esperanza
de vida de
estas personas, ya que un mejor conocimiento de los problemas asociados
con el Síndrome de Down y ciertas actividades de detección precoz realizadas de
manera sistemática en
estos niños, pueden
evitar o paliar
problemas de salud. Entre ellas
se destacan algunas:
• Iniciar
programas de intervención temprana del desarrollo psicomotor, lenguaje y conducta
alimentaria. Valorar el desarrollo psicomotor con especial referencia al área del
lenguaje.
La función
cognitiva de los
niños con Síndrome
de Down varía extraordinariamente, desde un cociente
intelectual en un rango de bajo a moderado en la mayoría de los casos, a un
déficit profundo; además, no se puede predecir desde el nacimiento ni tiene
relación con el fenotipo. Los niños que tienen Síndrome de Down seguirán un proceso de desarrollo intelectual
con características propias
y únicas, aunque
con respuestas más lentas.
Es importante que
éstas sean consideradas
de manera independiente y no perder de vista la individualidad de cada
caso.
Los primeros
años de la
vida del niño
son muy importantes para conseguir un
desarrollo adecuado. La
estimulación precoz y
otras intervenciones
terapéuticas, han de
facilitar el desarrollo
del niño con Síndrome de Down.
Los programas de
intervención temprana están diseñados para vigilar y enriquecer
en su conjunto
el desarrollo, y
abarcan la alimentación,
el desarrollo de la motricidad gruesa y fina, el lenguaje y la
comunicación, y el desarrollo personal y social.
• Tutelar el
crecimiento físico con tablas estándar para niños con SD.
• Determinar la
TSH al nacer y en los controles de salud. En caso de disfunción tiroidea compensada
(elevación aislada de TSH), repetir anualmente TSH, T4 y rT3 hasta que se normalice la función o se
diagnostique de hipotiroidismo franco. En la edad escolar determinar
anticuerpos anti tiroideos al menos en una ocasión (entre los 9 a 12
años).
• En el periodo
neonatal debe realizarse una ecografía cardiaca a los niños con SD. En la etapa
de adolescente y adulto joven se realizará ecografía cardiaca para descartar disfunción
de alguna de las válvulas del corazón.
• Realizar
control, limpieza de placa bacteriana y sellada de fisuras a partir de los seis
años y cada seis meses A partir de los 8 años debe realizarse un estudio de mal
oclusión dentaria al menos bienalmente.
• La prevalencia
de la enfermedad celíaca en los niños con Síndrome de Down se estima entre un 4
y 7%, muy superior a la población general. Se piensa que las personas con
Síndrome de Down tienen mayor predisposición a sufrir esta
enfermedad debido a la mayor
incidencia de trastornos
auto inmunes en esta población. Dicha enfermedad puede cursar de forma
silente o presentarse de forma
atípica, pasando desapercibida. En ausencia de clínica
sugestiva de enfermedad celiaca se determinarán a la edad de 2-4 años los
anticuerpos antitransglutaminasa (ATGtIgA) y una cuantificación de IgA. Repetir
la determinación de ATGtIgA cada 2-3 años.
•Audición: La
prevalencia de hipoacusia en los niños con Síndrome de Down es alta,
especialmente la hipoacusia de transmisión o conductiva ya que entre el 50-70%
de los casos presentan otitis media serosa crónica entre los 3 y los 5 años; la
sordera neuro sensorial representa tan
sólo en un 4%Realizar cribado de hipoacusia en los primeros seis meses de vida
y en los sucesivos controles de salud.
• Visión: Existe
una alta incidencia de problemas oculares en los niños con Síndrome de Down. El
60% de estos individuos presentan, a lo largo de su vida, alguna alteración
ocular susceptible de intervención. Realizar exploración oftalmológica en los
controles de salud habituales.
• Realizar
radiografía lateral cervical en posición neutra, flexión y extensión, entre los
3 y 5 años de edad. La inestabilidad atlantoaxoidea se define,
radiológicamente, como una distancia superior a 5 milímetros entre el atlas y
la apófisis odontoides del axis. El diagnóstico se realiza mediante una
radiografía lateral de columna cervical en
posición de flexión,
extensión y neutra.
Los niños que
presenten esta alteración deberán
ser examinados rutinariamente en busca de síntomas de compresión medular.
·
Trastornos Hematológicos: Entre las
alteraciones hematológicas algunos recién nacidos pueden presentar una reacción
leucemioide, desorden mieloproliferativo transitorio, que en la mayoría de los
casos remite espontáneamente. Se recomienda realizar un Hemograma al recién nacido
y luego anualmente.
• Inmunizar a
los niños con SD según el calendario vacunal vigente en cada comunidad autónoma.
Inmunizar contra la gripe anualmente y también frente a neumococo y varicela.
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